Nuestro gran circo de la Alegría
logró cumplir con la agenda que se había propuesto. De esta forma viajamos por Venezuela, Bulgaria, Colombia, Bolivia y
España. Cada día, un nuevo destino, a diario nos aguardaba una cita especial y
con mucha alegría fuimos conociendo costumbres, palabras, expresiones, imágenes de
esos países… Días y días de trabajo,
funciones abiertas para todo tipo de públicos y, cada día, con la misma ilusión.
Y, de repente, siempre viajando
de un lugar a otro, llegó la hora de partir a nuestras casas casi como por
sorpresa. Pero esta vez la vuelta la hicimos diferente pues este Circo de la
Alegría modificó en cada uno de nosotros algo y nos convirtió en payasos,
domadores, trapecistas… Con todo esto fuimos capaces de medir nuestras fuerzas,
de formar un equipo, de mantener nuestra carpa en pie, haciendo que todos
pudieran entrar… Villafranca 2012, nos ha dejado muchas cosas buenas. Sin
embargo, estoy segura que Villafranca 2013 será un nuevo encuentro, una nueva posibilidad.
Sólo espero que este año sea el medio para seguir construyendo algo juntos, que
sepamos en medio de nuestras ocupaciones sacar tiempo para poner cosas en
común, para llamarnos y vernos. Qué nuestro Circo continúe todo el año abierto
para que cuando llegue el Campamento del año que viene seamos un grupo
consolidado, fresco y lleno de fuerza.
Les escribo, principalmente, para
agradecerles a cada una de las hermanas y de los monitores que han participado en esta
aventura por su buen hacer, por mantener la ilusión, por comprometerse con las
necesidades de cada uno, por apostar por la alegría y haber ganado la apuesta…
por trabajar sin medir fuerzas, por llevarse bien entre ustedes, por hacer que
nos sintiéramos como en casa entre familia.
Hemos medido nuestra diversidad,
unos tímidos otros expresivos, unos cantantes y otros desafinados, unos la mata
de la creatividad otros a explotar, dispuestos o empujados, soñadores o
dormidos pero todos “buena gente”.
Gracias de verdad, porque ustedes
son junto con los 51 niños que nos acompañaron la alegría del circo y el éxito
de sus funciones.
Dios me los cuide.
Andreína Falciano
2 comentarios:
Y que fácil a sido integrarse gracias a todos por hacer que los nuevos ni lo pareccan y por hacer que esa semana fueran de las mejores
Recuerdo cada día el campamento y nunca lo transmito. Ser monitor voluntario no es ningun esfuerzo, al contrario, todo el mundo debería tener ese premio. En un total de 20 días repartidos en dos campamentos, tengo un bagage personal que me acompañará durante toda mi vida, mediante buen recuerdo, oración y agradecimiento. Osquiero, a todos los que hacéis posible que cada año tenga lugar el campamento, y en especial, a Andreína e Inma. Gracias a ÉL por haberme dado la oportunidad de conocerlas.
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